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En la última década el Turismo Carretera incorporó 11 escenarios para disputar sus carreras. Algunos respondiendo a las características necesarias para que los autos de la categoría puedan desarrollar todo su potencial y, de alguna manera, brindar buenos espectáculos. Dibujos largos, rápidos, anchos y con frenajes marcados. Como por ejemplo el circuito de Toay (estrenado en 2012), sede de carreras atractivas.

Pero también se sumaron otros en desobediencia con el criterio esperado. Cortos, muy trabados, sin rectas largas ni frenajes marcadosComo lo fueron, por ejemplo, los últimos 2 escenarios que se incorporaron al calendario teceísta: Rosario (2019) y San Nicolás (2018). “El TC necesita tener rectas largas para que puedas desarrollar velocidad y frenajes bruscos para generar maniobras”, repiten varios pilotos sobre el tema central de la 5ª entrega del informe especial: “¿Cómo mejorar los espectáculos?”. 

Rediseñar las curvas

Independientemente de adoptar una política firme de sumar solo escenarios que aporten a las necesidades del TC para mejorar los espectáculos, hay quienes creen que haciendo pequeñas reformas en los que están en uso, pueden aportar a la causa. Uno de ellos es Facundo Ardusso, que pone el foco en el formato de las curvas para favorecer los sobrepasos.

“Los autos que estamos manejando en la actualidad son los más rápidos de la historia del Turismo Carretera en tiempo de vuelta, y exigen -a mí modo de ver- otro tipo de circuitos. Se necesitan dibujos donde no estemos mucho tiempo transitado una curva, sino que haya más curvas de 90 grados”, advirtió el subcampeón 2017 ante SoloTC.

Ardusso dio sus fundamentos: “Si tienen tanto tránsito de curva dependemos mucho de la carga aerodinámica y eso impide que los autos vayan pegados. Es que actualmente el que va detrás no puede acercarse mucho porque pierde mucha carga. Entonces, mientras menos tiempo doblamos, aumenta la chance de que los coches vayan más cerca”, dijo.

Consciente del costo económico que implica modificar trayectos de las pistas, Facundo entiende que con pequeños cambios se pueden mejorar varios circuitos. “Por ejemplo, en la última curva de Toay, en lugar de tener un viraje con tanto tránsito, lo que buscaría es hacer una especie de “v” corta en lugar de la “u” que hay actualmente.  Así tendríamos una frenada más brusca para entrar a esa curva y la transitaríamos en menos tiempo. Creo que eso colaboraría para los sobrepasos, tanto en el ingreso como en la salida”, teorizó, sobre una posible evolución en el escenario pampeano que suele brindar buenas carreras.

“En Concepción el Uruguay, las últimas 2 curvas son a la izquierda a 90 grados pero las transitamos como una “u” porque las hilvanamos; ahí haría 1 sola curva en “v”. Esos 2 casos son los primeros que se me vienen a la mente, pero habría que revisar uno por uno los escenarios y hacer esos pequeños cambios que favorecerían los sobrepasos y por ende al espectáculo”, concluyó Ardusso, que suma 7 temporadas en el TC.

El sueño americano

A lo largo de los años el TC fue importando ideas del NASCAR. Algunas se llevaron a cabo y otras quedaron en carpeta. En 2009 la ACTC convocó a un grupo de técnicos, entre ellos Alberto Canapino, Guillermo Kissling y Walter Alifraco, entre otros, con la intención de tener distintas opiniones para mejorar los espectáculos. En la reunión se trataron los típicos ítems de configuración de los autos (cargar aerodinámicas, gomas, trocha y relación de caja), pero hubo una propuesta referida a los autódromo.

Puntualmente se habló de peraltes progresivos como los que tienen los circuitos de NASCAR para incorporar a algunas de las curvas en los circuitos que utiliza el TC. Peraltes con un incremento gradual en los grados de inclinación mientras se acercan al muro, para que los pilotos se disputen el puesto haciendo radios de giro diferentes, por la parte superior o inferior de la pista.

“Habría que rever el dibujo de muchos circuitos. En Estados Unidos hicieron nuevos diseños, donde se construyeron peraltes progresivos que ayudan a que los coches se pasen”, dijo Canapino luego de esa reunión con la dirigencia. “La opción de utilizar peraltes en algunas curvas me parece interesante. La horquilla del circuito de San Juan es un ejemplo de cómo deberían ser para que haya adelantamientos”, sostuvo Alejandro Solga, por entonces gerente técnico de la ACTC.

El alto costo que implica hacer estas modificaciones se alzó como firme oponente a su adopción, aunque sus tutores esgrimieron que esas obras servirán a todas las categorías nacionales, por lo que era válida su inversión. La idea no prosperó…

El trióvalo del TC

Pero ese no fue el único intento de importar el modelo americano. En 2007 Oscar Aventin confesó su anhelo de contar con un óvalo y poder correr allí de noche. El ambicioso proyecto se lo presentó formalmente al gobernador sanjuanino, José Luis Gioja.

El emprendimiento abarcaba un trióvalo de 2.400 metros completamente peraltado y un circuito con mixtos de 4.000 metros, con iluminación para competencias nocturnas y con una capacidad de 120.000 espectadores. Además, contemplaba tener un anfiteatro para 60.000 personas destinado a espectáculos musicales y usos múltiples. El  proyecto de la pista estuvo a cargo del ingeniero Sergio Salazar (que participó en la construcción del circuito de Termas de Río Hondo, entre otros).

“Hay muchos circuitos convencionales en el país, nuevos y viejos, por eso hay que apostar a otras opciones. El gobierno sanjuanino quiere tener una fecha de TC y por eso les presentamos esta idea”, le dijo Roberto Argento, responsable de la habilitación de autódromos de la ACTC, a SoloTC en 2012.

El proyecto no prosperó y, en el mismo predio donde se planificaba emplazarlo, se construyó el circuito de El Villicum que el TC estrenó en 2018 y que desde entonces se convirtió en una plaza fija en el calendario teceísta. Mientras tanto, la planimetría del trióvalo quedó lista para desempolvarla quizá ante alguna otra provincia que quiera construir un nuevo autódromo para la “máxima”.

Hace más de una década que en el Turismo Carretera se encendió la luz de alerta por falta de sobrepasos y recurrentes espectáculos pobres en pista, una problemática que afecta también a otras categorías fuera de la órbita de la ACTC. En este informe especial de 5 entregas analizamos los principales ítems que enmarcan este escenario. La solución no está en trabajar en solo uno de estos aspectos, sino que amerita un plan integral para conseguir resultados.

Nota extraída de la página Solo Tc. Nota: https://www.solotc.com.ar/turismo-carretera-circuitos-autodromos/

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