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No quiso estudiar. No quiso la pelota de futbol como cualquier niño de barrio.

Simplemente se sentía feliz y cautivante con los pantalones cortos en la cabina de un auto. Eso es “Locura”?. Según la Psicología, la palabra “Loco” significa: Una persona que ha perdido la razón, o sufre de locura y tiene trastornadas las facultades mentales.

A ver, analicemos y clasifiquemos sintéticamente a ESTE “Loco”.

Si nos basamos en la definición que arroja la psicología social, diríamos que lo único acertado es la parte donde dice: ”Sufre de Locura”.  Elegimos cariñosamente esa frase clave para describir la salud mental de este Grande del automovilismo nacional. La ironía de este concepto, NO TIENE SENTIDO referido a cualquier paciente psicológico actual, con o sin tratamiento, del cual no se tiene ni nunca se tendrá con seguridad un motivo de su condición psico-social, ya que necesita de un diagnostico muy preciso y detallado del cómo y porqué de su comportamiento ante su familia y su ambiente personal y sociocultural cotidiano, incluyendo el laboral. Pero en el caso de Luis Rubén DiPlama, es absolutamente, una “locura sana”, un caso resuelto. Y desde pequeño. Un caso UNICO. En ambos aspectos: como persona y como profesional. No confundir la palabra “Profesional” que tiene que ver con la Instrucción de una persona que lograr su meta en la vida donde tuvo que estudiar para tener un futuro. Aquí, en todo caso, su meta la cumplió con grandeza, en el mundo del automovilismo, como un profesional que simplemente, mezcla la “sabiduría personal” con la “pasión por los fierros” como se dice en la jerga del automovilismo. Un habilidoso en el arte de conducir autos de carrera de la forma que solo EL lo hacía. Un artesano de la mecánica nacional. Un amante irreversible de la velocidad y el riesgo en cualquier pista donde siempre salía airoso. Y como si no fuese suficiente demostrarles a sus colegas y el mundo lo que era capaz en un auto, también demostrase a sí mismo, en el aire. Y no precisamente, el aire de la fama del automovilismo, que ya las tenía desde muy joven, sino con comandos de avión y helicópteros con sus pedaleras similares a un auto, con los cuales circundaba los aires de su querido Arrecifes y cualquier lugar donde debía ir para acompañar a sus hijos a las carreras. Porque su otra pasión era volar. La “Locura” de este incansable amante de los fierros y la velocidad, nunca tuvo un remedioNunca lo necesitó. No solo por ser entre sus pares y su familia, uno de los deportistas del mundo motor más querido, sino porque su pasión nunca lo ABANDONO. Ni siquiera, en sus épocas de su supuesto “retiro de las pistas”, ya que en el momento de recibir a sus 53 años todo tipo de comentarios y sugerencias de todos los que lo rodeaban (colegas y familia) para pensar y planear una merecida “jubilación”, les respondió con su última victoria en el TC a bordo de ese emblemático y perfecto Ford Rojo con trompa Tafirol. Fue el 13 de septiembre de 1998, convirtiéndose en el único piloto hasta la actualidad en ganar al menos una carrera con modelos de Las 4 Grandes (Ford, Chevrolet, Torino y Dodge) y el ganador con mayor edad (tenía 53 años y 238 días) de una carrera del TC. Luis Rubén Di Palma, nacido un 27 de octubre de 1944, en Arrecifes, Buenos Aires  y fallecido un 30 de septiembre de 2000, en Carlos Tejedor, provincia, de Buenos Aires, al caer el helicóptero que piloteaba. Era padre de los también pilotos Marcos, Patricio y José Luis, conformando así el:  Clan Di  Palmaen matrimonio con María Cayetana Lo Valvo, y también a Valentina, con Fernanda Ortensi, su acompañante de Super-Cart.  Se cumplen 20 años de su ausencia en el TC!. Como este “LOCO” , no habrá más!.

(Dedicado a TESTAY)

                                                                                                    Por: Alejandro PRONI

                                                                                                  EQUIPOALASCHAPAS
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